¡Buen martes lectores! Como el martes es mi día menos favorito -junto a los miércoles- de esa inconstancia anual y pasajera que llamo "mi vida", decidí hacer una previa el lunes para estar de mejor humor y, por eso, pintó Cinemark. No, no me juzguen por haber ido al centro del imperialismo audiovisual porque, de otra manera, nunca podría ver lo último del SEÑOR Guillermo del Toro:
Titanes del pacífico o
Pacific Rim (como debidamente se tiene que llamar --> rim = orilla = orilla del pacífico = título menos tácito y más representativo). Uno va al cine con la idea de pasarla bien consumiendo algo en 3D medianamente decente (no digo lo último de Shyamalan) y luego de mirar Pacific Rim siente que pasó por una procesadora y se convirtió en comida de geriátrico. Primero porque el cine estaba hipermegarecontralleno, la cola llegaba hasta el McDonalds (un lunes, sí, ¡un lunes!) y la gente ya estaba bastante hostil y segundo porque el nivel visual del filme de Guillermo del Toro deja al más nerd del mundo flotando en una suerte de orgasmo audiovisual. Pero mejor repasemos (con mucha indecencia) esta película que tiene de todo: mechas gigantes, Godzilla (y porqué no mechagodzilla), Evangelion, chinos hablando en japonés, Hellboy, Macross, Mazinger Z, anarquistas, vampiros-hadas, Lovecraft y a Michael Bay encerándole los robots a del Toro.
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¡Santa cachucha Batman! ¡Un Jaeger piloteado por Charlie Hunnam! no sé si temer por mi vida o sentirme seguro |