Estaba recordando las mejores escenas de las películas que vi en la semana. Tengo en la retina muchas escenas "asesinas". Allí está ese mirada que Humphrey Bogart lanza sobre Lauren Bacall (los Brangelina del 40) en La Senda Tenebrosa y como ESA mirada me hizo entender que estaban enamorados con locura (sí, una locura increíble la de Bacall). De esa escena romántica, pasé a la apertura de La Naranja Mecánica de Kubrick y luego a La Ventana Indiscreta de Hitchcock, cuando Thorwald entra a la casa de Jeffries y él, patético y oculto entre la oscuridad no sabe qué responderle a una simple pregunta: "¿qué quieres de mí?". Todo, todo estos directores geniales y actores de puta madre ¿para qué? Para acabar traicionándome una vez más y hablar de dibujitos, mundos imaginarios inspirados en Europa y personajes contradictorios. En suma: ceder ante Miyazaki.
Recién recién escuchaba Wandering Sophie de Joe Hisaishi. Tengo todos los soundtracks de las películas de Miyazaki y reconozco que la mente y la inspiración me funcionan mejor cuando me dejo llevar por esas melodías mágicas. Justamente el sonido medio parisino del acordeón me hizo revivir el comienzo de El Increíble Castillo Vagabundo y por ello mi escena de la semana es cuando Howl toma a Sophie delicadamente de la mano y la lleva a pasear por el aire. Creo que ella en ese momento se enamora de Howl y yo me enamoré de ambos y del señor Miyazaki y su forma tan particular de construir mundos mágicos y personajes complejos que me hacen reír a carcajadas. Ahí la significación de todo el meollo y por qué sólo una escena puede significar tanto que una persona no puede explicarlo, tan sólo exponerlo.
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