viernes, 29 de julio de 2011

A veces me da un odio irracional ver que Runaway Bride tiene 5 puntos en imdb. No entiendo mucho por qué y tampoco es que imdb sea LA reputación sobre crítica de películas en la web (yo misma lo sentí más lejos del prestigio cuando inventó que Dragon Ball iba a ser filmada de nuevo por el director de Goemon / #alimentandoilusiones), pero estoy convencida de que Runaway Bride es mágica, divertida y muy desvalorada. 

La película quizá sea mala para muchos, pero creo que la crítica se excede y deriva en un vaciamiento del alma humana. Confío en que muchas veces hay que pararnos firme y salir a defender con todas tus armas lo indefendible.  Desde chica es muy posible que uno de los lazos 'cinematrográficos' que establecí junto a mi mamá fue su profundo amor por las películas de Garry Marshal y las románticas actuaciones Richard Geere y la bellísima Julia Roberts. La recuerdo a mi mamá todos los sábados por la tarde mirando Runaway Bride, Pretty Woman o Noting Hill (aunque no esté Richard, Julia te bancamos con Hugh Grant), en esos días en que el cine no era un conjunto de hibridaciones genéricas y lo que era romántico, era romántico. Esos días en que también las niñas de los años 90 crecimos mirando junto a nuestras madres esas historias ingenuas que alimentaron los sueños del príncipe azul que llegue enamorado a tu puerta, te de el primer y único beso del amor verdadero, luego te cases (virgen) con él y coman perdices para siempre (muerte a Walt Disney y a Jane Austen). 

Recuerdo con lucidez ese pésimo y predecible guión. Y aún así, Ike me recuerda a mis propios fundamentos sobre por qué estudio periodismo. Ike cuenta a Maggie que ama escribir y su sueño siempre fue ser novelista. Maggie, muy curiosa, le pregunta por qué entonces era periodista y él le dice que es periodista porque es la forma más rápida y segura de poder escribir historias. Y en parte, es lo que yo misma pensé cuando me decidí a estudiar la carrera. ¿Estúpido fundamento? Probablemente, porque ser periodista está muy alejado de ello y requiere de valor, coraje, sociabilidad y cerebro para tomar a la realidad desde la crueldad que representa - condiciones de las que carezco por el momento. Pero Ike soy yo, sé que soy pésima escribiendo, pero es lo que amo.  

Ese pedacito de diálogo, sumado a la típica comedia romántica con los enredos y desenredos finales, los mecanismos narrativos tan sencillos, la calidez de la fotografía, la sonrisa de la desopilante Julia, las miradas y los pequeños gestos románticos de Ike con Maggie son los elementos que hacen valer a Runaway Bride. Sino nadie la hubiera mirado y no tendría ese  lugarcito irremplazable en el corazón de cada uno. Algo que, evidentemente, vale más que 5/10 puntos. 

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