domingo, 21 de julio de 2013

El juego es en equipo



Constantemente se me ha criticado porque en mis escritos (no estos, otros impublicables en este contexto) nunca doy una excusa para explicar hechos. Sino que discurren así. Porque sí. Porque suceden sin necesidad de tener algún timón movilizador que sea evidente. “Pasa porque pasa”, respondo secamente. Y es que uno de los rasgos que más odio de mí es mi incapacidad de tener imaginación “fantástica”. Entonces no me sale o más bien, me rehúso a buscar explicaciones lógico-causales. Y pienso en significantes. Todo el tiempo. Me obsesiona un poquito la idea (¿menos rebuscada?) de que un color, una textura, un sonido, una expresión, un olor o una fecha pueden –de repente- revolver el baúl de recuerdos de nuestra mente. La mayoría de las veces es nostálgico o doloroso.  

Sé que el Día del Amigo es para los escépticos posers un día "comercial". Pero sin embargo, siempre uso la fecha como punta de lanza para pensar sobre diversos aspectos. Y recuerdo, con un dolor punzante, las cartas que solía viralizar entre compañeras de la escuela, siempre agradeciéndoles por su "incondicional amistad" (sic) y revelando uno que algún otro secreto estúpido y, a veces, inventado varias cosas (así de monótona era mi existencia que tenía que inventarme una vida). Hoy no me arrepiento de haber escrito cartas sin haber entendido que era la amistad a personas que hoy en día no considero amigas,  ni mucho menos me arrepiento de haber mentido en unas cuantas. Aquello que, en realidad, me angustia es recordar que perdiste lo que pensabas que era una feliz amistad.

Por eso, cuando alguien me preguntó cuál era LA película del día del amigo ni siquiera lo pensé. “Stand by me", afirmé con certeza. ¿Por qué? ¿Por qué no Shawshank Redemption, The Hangover, Toy Story, Hachi, El Náufrago o Un gran chico? ¿Porqué no series como Friends, Seinfeld, How I met your mother o The big bang Theory (que se asemeja más a mi propia realidad)? Porque en Cuenta Conmigo, Rob Reiner  precisamente apela a los significantes: dos chicos en bicicleta y un cadáver (en orden de aparición) denotan el sentimiento de la temprana amistad, su construcción, desaparición y arraigo.  

De adulto y sin buscarlo ni forzarlo, Gordie se encuentra reviviendo la travesía que mantuvo con un grupo de niños en el verano del 50. Él y unos púberes se juntan para salir en una expedición por un cadáver para dar cuenta de ello a la policía con la esperanza de hacerse famosos. Esa búsqueda, ingenua al principio, luego se vuelve el tránsito de los chicos hacia la madurez y el futuro: qué les plantea la vida, cuáles son sus miedos, qué será de ellos en los próximos años, qué significa la muerte y a qué la asociamos (Gordie vinculando el cadáver con el de su hermano). Esa suerte de procesión transforma el vínculo de unos chicos que se juntan para "pasar el rato" a un lazo de amigos verdaderos. La amistad de Stand by me es una comunión que involucra la complicidad y la lealtad. Es, en suma, una suerte de vínculo religioso.

"Sucede a veces. Los amigos entran y salen de nuestras vidas. Como los camareros en los restaurantes", dice un pasaje de la película. Y es enorme el final de Reiner. Porque representa lo triste, nostálgico y doloroso que puede convertirse ese tránsito permanente de amistades. A pesar de que el tiempo marche con tanta fuerza y tiranía, ese lazo que se forma es tan fuerte, tan mágico, que cualquier significante puede resornar con fuerza arrolladora en la mente, dando vueltas el curso lineal de la vida. Y cuando llega hace sentir su doble rostro: la amistad alegra, la amistad duele, la amistad fue y es amor. La amistad permanece. Enardece con el menor de los chispazos.


¿Cuál es la película o serie más representativa sobre la amistad? 
¡Hagan listas y que hayan pasado un gran día con sus amigos permanentes!

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