Imperialismo norteamericano: clave del escepticismo y la conspiración.
Esa imagen que valdría más de mil palabrasEn un salón de la Casa Blanca, Barak Obama recibe a la cadena CBS, para comenzar una entrevista en el momento más importante del presidente como líder constituyente de las fuerzas armadas. En un momento, el entrevistador se ve obligado a preguntar si verán las fotos del cuerpo de Osama bin Laden, enemigo público número uno de los Estados Unidos desde los atentados a las Torres Gemelas. Ante la pregunta, el presidente responde duramente que no se harán públicas porque el cuerpo del líder de Al Qaeda ‘no es un trofeo’1. De esta manera se encendió una mecha en la construcción de un debate inagotable sobre si conviene o no publicar las fotografías que muestran el masacrado cadáver del, ahora, ex líder terrorista.
Semanas atrás el presidente norteamericano Barak Obama montaba un fastuoso discurso en la Casa Blanca. Rodeado de banderas estadounidenses, el mandatario anunció en la televisión la muerte de Osama bin Laden, cerebro de Al Qaeda y principal acusado por el atentado a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001. Cabe recordar que luego de este episodio se hizo oficial la lucha contra el terrorismo en medio oriente, y allí desembarcaron las tropas que comenzarían una guerra que ya dejó ciento de solados norteamericanos muertos en combate y miles de civiles abatidos en los desiertos de Irak y Afganistán.
Ya pasaron diez años desde aquella invasión y el Nobel de la Paz de 2009, anuncia con orgullo norteamericano que han podido ‘abatir’ al líder terrorista en una operación de inteligencia llevada a cabo en Pakistán. En dicha maniobra, los Seals de la armada norteamericana derribaron las puertas de la supuesta mansión de Osama bin Laden y se enfrentaron a la seguridad lo protegía. La información que procede del gobierno afirma que los comandos encontraron en el tercer piso al desarmado Osama, quien se resistió pero finalmente fue asesinado de un tiro en la cabeza. Aparentemente las macabras fotos que posee la Casa Blanca mostrarían al terrorista con un disparo en el ojo izquierdo, gran cantidad de sangre derramada y masa encefálica alrededor de su cabeza2.
De esta forma, los principales medios norteamericanos llegaron a una discusión con tintes moralizantes sobre lo que ocurriría si esas imágenes que posee el gobierno se dieran a conocer. En general, los medios norteamericanos huyen a la idea de difundir fotos de cadáveres, sobre todo las violentas. Por tal motivo, no mostraron las terribles fotografías de Daniel Pearl, reportero del Wall Stree Journal decapitado por terroristas paquistaníes. Sin embargo, algunos medios gráficos como The New York Times o The Post se dan el lujo de hacen excepciones con enemigos públicos de Norteamérica: así se hicieron oficiales las fotos del cuerpo de Saddam Hussein, ejecutado en Irak a finales del 2006, o las del rostro ensangrentado del terrorista iraquí Abu Musab Al-Zarqawi, liquidado por un ataque aéreo de EE.UU durante ese año.3
Por eso muchos periódicos coinciden en que es menester documentar gráficamente la noticia, aunque prefieran evitar la exhibición de este tipo de material. “Obviamente, yo no puedo decir si o cómo circularemos una foto que aún no hemos visto," dijo Bill Keller, editor del New York Times. Luego añadió: "evitamos generalmente imágenes que son gratuitamente espantosas, lo que significa que las imágenes, además de ser perturbadoras, no tienen gran valor periodístico. Pero desde luego que las fotografías de Osama bin Laden muerto tienen un valor periodístico significativo". Asimismo Liz Spayd, redactor de The Washington Post se preocupó por los “los niños del país vean el documento”, aunque en realidad no quieren ocultar “nada de lo que esté sucediendo”.4
Pero Barak Obama es terminante al insistir que la publicación de las violentas fotos podría irritar a la opinión pública y además “inflamar violentos sentimientos antiestadounidenses en el mundo”. De esta manera también se pondría en peligro la preciada seguridad de la nación y, sobre todo, a las “tropas del Pentágono en el exterior”, a riesgo de sufrir represalias por la herida que abrieron en Al Qaeda. En suma, la cuestión ya está archivada como un secreto confidencila y acordada con los ministros de Defensa, Robert Gates, y de Estado, Hillary Clinton. Sin embargo, fuentes oficiales aseguran que algunos funcionarios están ansiosos por darle su medicina a escépticos5, quienes opinan que la muerte de bin Laden es parte de una campaña de desinformación estadounidense, ya que él todavía estaría vivo.
Una encuesta realizada por The Washington Post -conocido por la investigación del caso Watergate- da cuenta que el 70% de los norteamericanos no duda en que lo más seguro para la nación es no publicar la foto de bin Laden muerto6. Sin embargo la rueda del escepticismo no para de girar a nivel mundial, y la publicación de la fotografía pareciera ser el único modo de sofocar algunas especulaciones. Pedro Brieger, analista argentino de política internacional opinó que “si no difunden ninguna filmación y solo están los dichos van aparecer muchas teorías conspirativas, que le encantan a la gente”7. Y en efecto, muchos no creen en la Casa Blanca, ni en las supuestas declaraciones que Al Qaeda hizo en páginas web yiahidistas islámicas8. Así la mayoría de las teorías conspirativas afirman que Osama bin Laden murió en el 2001, o que es una estrategia del gobierno de Obama para ganar elecciones ya que Osama se encuentra muerto o maquinando un nuevo atentado en alguna cueva ubicada en las altas montañas de Karachi.
En realidad el conjunto de irregularidades de rodea la muerte de bin Laden sólo es alimento para fanáticos –y no tanto- de las conspiraciones. Así, las declaraciones de la operación Gerónimo se contradicen con la declaración de un oficial paquistaní que asegura que bin Laden murió por uno de sus guardias, ante la negativa de ser capturado a manos de tropas norteamericanas. Otra desconfianza ronda a la prueba del ADN, realizada sin testigos presentes, documentos oficiales y en la fugacidad de 6 horas, cuando en llevaría 6 días. Además está el noble entierro al mar que efectuaron las tropas norteamericanas, siguiendo los ritos islámicos cuando la realidad indica que el cuerpo debe ser enterrado previo rezos, lo que deja entrever una sospechosa velocidad para desaparecer una persona9. A este coctel se le suma un contexto económico innegable por su veracidad: una semana antes del operativo, The New York Times y la cadena televisiva CBS News publicaban encuestas que expresaban el descontento del 57% de la población con la gestión político-económica de Obama y veían pésimos ojos el futuro del país10. Ahora la situación dio un vuelco y la imagen mandatario de origen keniata escala positivamente frente a los sondeos de opinión.11
Este es el panorama que rodea al debate sobre la publicación de una foto que muestre el cadáver del quien fuera máximo enemigo público de la Casa Blanca. Las dos posibilidades que baraja el gobierno norteamericano son las más adecuadas: la emisión de fotografía oficiales lograría conformar a algunos pero también podría despertar la bestia Al Qaeda. Sin embargo, no calmaría las dudas en cuanto a la secreta operación Gerónimo, ni las duras críticas que de los defensores de derechos humanos, quienes sustentan la idea de un juicio legal antes que un asesinato. Este es el presente que comenzó diez años atrás con la cacería de Osama Bin Laden. Pero esos diez años también colaboraron en la construcción de una opinión pública desconfiada y reacia a nivel mundial, que pone en duda todas las acciones que provengan de la superpotencia. O hasta que una imagen demuestre lo contrario.
Fuentes consultadas:
1. “Obama no divulgará las fotos de ben Laden”, Diario La Nación, 5 de mayo de 2011 (Edición impresa)
2. “Obama oculta las fotos de Bin Laden por temor a los actos de represalia”, diario Tiempo Argentino, edición impresa 5 de mayo de 2011.
4., 5., 6. “Bin Laden photos: editors debate showing graphic images of dead body”, The Washington Post, 3 de mayo de 2011, edición impresa.
7. Informe urbano (www.informeurbano.com) 5 de mayo de 2011
8. La Nación Al-Qaeda promete vengar a Ben Laden, La Nación, 7 de mayo de 2011, Edición impresa.
9. Atilio Borón: “Reflexiones a propósito de la muerte de Osama Bin Laden”, publicado en su sitio web www.atilioboron.com
10. “Más de la mitad de los estadounidenses desaprueba la gestión de Barack Obama”, diario El Mundo, 21 de Abril de 2011, versión digital.
11. “Encuesta del New York Times: suben los bonos de Obama”, bbc.co.uk, 4 de mayo de 2011.
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